Muchos de nosotros amamos los gatos como mascotas y una de las cosas que más nos preocupan cuando viven con nosotros, es que se mantengan bien limpios. Generalmente esto no suele ser ningún problema, puesto que se trata de animales que se ensucian poco y tienen muy buenos hábitos de comportamiento. Sin embargo, tampoco hace falta que de vez en cuando no les viene mal un baño, para eliminar malos olores o limpiar su pelaje, si es que se han revolcado sobre algo pegajoso o sucio.
Lo malo es que estos animalitos son tan nerviosos, que bañarlos puede convertirse en un verdadero desafío. Aún así, ¡no entres en pánico y sigue los consejos a continuación, para lograrlo sin que ninguno de los dos salga lastimado en el intento!
- Usa guantes de goma al sostenerlo. Esto evitará que pueda arañarte, si se pone demasiado alterado. Los guantes por supuesto, deben ser largos para protegerte al máximo. Sostén a tu gato con firmeza pero recuerda que no debes lastimarlo.
- Empieza mojando su cuerpo, su cola y sus patitas, pero deja su cabeza para el final. Es importante que se sienta seguro, por lo que tendrás que tener cuidado con el agua. Si usas un bote o manguera pequeña para mojarlo, es más recomendable que lo hagas con tus manos al llegar a su cara y orejas.
- No talles fuerte. Basta con esparcir suavemente el champú a lo largo de su pelo; algo que también te ayudará a evitar que se le formen nudos en el mismo.Y claro está que es necesario que escojas un producto adecuado para darle brillo y manejabilidad al pelaje de tu gato.
- Cuida que no halla ruidos fuertes. El ruido altera bastante a los míninos, por lo cual es indispensable que busques un lugar tranquilo en donde sea más fácil que esté relajado.
Será inevitable que tu gato esté incómodo durante este proceso ya que su naturaleza les hace no ser los mejores fans del agua, aun así con estos consejos lograrás hacer el baño un poco más llevadero para tu gato y, por lo tanto, también para ti.
