Las enzimas son sustancias vitales en nuestro cuerpo que nos ayudan a vivir con normalidad. Se trata de proteínas especializadas que llevan a cabo diferentes reacciones químicas y sin ellas, las reacciones del cuerpo no ocurrirían lo suficientemente rápido como para generar vida. Incluso las vitaminas, los minerales o las hormonas necesarias para nuestro cuerpo no funcionarían sin ellas. Esta es la razón por la que su deficiencia es un problema importante y tiene que ser tratado lo antes posible.
El proceso de digestión no es simple, ya que hay muchas posibilidades de que se presenten dificultades en el camino. Comer rápido, no masticar correctamente y la deficiencia de enzimas son factores que afectan negativamente al proceso de digestión.
¿Qué son las enzimas digestivas?
Nuestro cuerpo produce alrededor de 22 enzimas que son responsables de digerir los carbohidratos, proteínas, grasas y azúcares. La digestión de un alimento tiene etapas que comienzan desde la boca y pasan a través del estómago y el intestino delgado. En cada etapa, hay ciertas enzimas que descomponen la comida que la persona ingiere. Por ejemplo, la pepsina y la tripsina sirven para digerir las proteínas dietarias y la lipasa descompone las grasas dietéticas.
La mayoría de ellas se encuentran en el páncreas que las secreta para terminar el proceso de digestión. Estas descomponen aún más las proteínas, los carbohidratos, los ácidos nucleicos y las grasas.
El intestino delgado es responsable de descomponer la maltosa para aumentar el proceso de absorción. Las grasas son emulsificadas por la vesícula biliar para producir lipasa pancreática. Cada fase del proceso de digestión es importante para maximizar la absorción de los nutrientes. Estas recogen los nutrientes esenciales que permiten al cuerpo utilizar los componentes de las proteínas, los carbohidratos, las grasas y los minerales.
Este proceso que ocurre en nuestro sistema digestivo también elimina o disminuye la presencia o desarrollo de levaduras, parásitos y bacterias.
Las tres principales enzimas pancreáticas que nuestro cuerpo produce son:
- Proteasa – para digerir las proteínas
- Amilasa – para digerir los carbohidratos
- Lipasa – para digerir las grasas
Causas de la falta de enzimas digestivas
Hay muchas causas para la deficiencia y sin duda todo el mundo ha experimentado problemas digestivos. Algunas de las causas son el estrés, comer rápido y consumir alimentos procesados. Los alimentos fabricados y procesados no contienen casi enzimas debido a que la homogeneización y la pasteurización utilizan altas temperaturas para matar las bacterias, el problema es que también eliminan las enzimas. Aunque nuestros cuerpos pueden producirlas naturalmente, también necesitamos las que provienen de los alimentos que consumimos.
Comer alimentos sin enzimas obliga al páncreas a secretar más con el fin de descomponer bien los alimentos. Lo que dificulta más la situación es que los alimentos procesados y cocinados son más difíciles de digerir que los crudos, cosa que desgasta aún más el páncreas.
La capacidad de secretar suficientes disminuye a medida que el cuerpo envejece. Sin embargo, la tasa de secreción también puede disminuir si el cuerpo no está recibiendo los nutrientes suficientes de los alimentos que consume. Esto significa que la producción también depende de las vitaminas y los minerales. Mientras más alimentos nutritivos consumas, más puedes producir.
Comprender su importancia te ayudará a ir por el camino correcto. Debes asegurarte de que tu cuerpo pueda obtener los nutrientes necesarios para proteger tu salud y prevenir problemas crónicos. Un cambio de estilo de vida también será necesario para aquellos que tienen una falta de ellas debido a malos hábitos.
¿Cómo solucionar la deficiencia de enzimas digestivas?
A continuación se encuentran las soluciones para combatir este problema digestivo:
- Come más frutas, vegetales, semillas y granos enteros, crudos, naturales, limpios y frescos. No hay necesidad de convertirse en vegetariano. Es importante consumir alimentos crudos. Y aún más importante es comer muchos vegetales y frutas frescas todos los días. Lo mejor es que sean orgánicas para obtener los mayores beneficios. Los alimentos verdes deben representar más de la mitad de tu plato. La celulosa de verduras de hoja se adhiere a la bilis tóxica y la desecha de inmediato.
- Los alimentos ricos en enzimas son la piña, el kiwi, la papaya, los melones, el mango, el aguacate, la miel cruda, las uvas, las verduras fermentadas, el polen de abeja, el kéfir y la hierba de trigo.
- Mastique los alimentos hasta que sean líquidos. La mayoría de las personas tienden a comer rápidamente debido al trabajo y otras tareas. Sin embargo, es importante tomar el tiempo necesario para comer y masticar. Esto permite que tu cuerpo absorba fácilmente los nutrientes mientras que mantiene tu cuerpo relajado. Masticar correctamente permite mezclar los alimentos con enzimas salivales y mejorar el proceso de digestión.
- Prepara jugos de verduras. Puedes consumir tus alimentos orgánicos fácilmente haciendo mezclas. Los jugos de vegetales te permiten absorber las enzimas, la clorofila, las vitaminas y los micronutrientes.
- Limita el consumo de alimentos cocidos porque matan las enzimas. Mientras sea posible, consume alimentos y frutas crudas. Si tienes que cocinarlos, usa la temperatura más baja que puedas para conservar la mayor cantidad de ellas en los alimentos.
- Mezcla 1 o 2 cucharaditas de jugo de limón con 1 o 2 cucharaditas de aceite de oliva. Toma esta mezcla todas las mañanas o todas las noches con el estómago vacío, durante 30 días. Esto permite que el hígado y la vejiga funcionen bien y promueve el flujo de la bilis.
- Toma un vaso de agua 15 o 20 minutos antes de comer. Hacer esto hidratará tu estómago, lo que lo estimula a secretar más ácido clorhídrico. También aumenta el flujo biliar, así como las enzimas pancreáticas. Bebe agua a temperatura ambiente unos 15 o 20 minutos antes de la comida.
- Usa aceite de coco para cocinar. Es rico en triglicéridos de cadena media y puede estimular la secreción de la enzima lipasa. Esto puede facilitar la digestión de las grasas. Si necesitas cocinar con aceite, el aceite de coco es la mejor alternativa y debes asegurarte de utilizar la temperatura más baja posible para evitar su destrucción.
- Deja un 20% de espacio libre en tu estómago. Puedes obedecer el principio de la ecología del cuerpo que se basa en un 80/20 y significa que dejes un 20% de espacio libre en tu estómago. Esto permite que realicen sus tareas correctamente.
- Toma té de jengibre. De acuerdo a muchas investigaciones, la raíz del jengibre estimula las enzimas de la frontera de cepillo y aumenta la función de las pancreáticas. Estimula el flujo de la bilis y también contiene la enzima zingibain que digiere proteínas. Para obtener mejores resultados, se recomienda tomar té de jengibre después de las comidas o antes de ir a la cama.
- Bebe una cucharadita de vinagre de sidra de manzana. Hazlo 15 o 20 minutos antes de comer, esto promueve la producción natural.
