Dar luz a una nueva vida es un momento maravilloso, que en todas las madres, primerizas o no, crea expectación y muchos nervios. Si es la primera vez que vas a tener un bebé, puede que te estés haciendo muchas preguntas, en especial porque no todos los partos son iguales. Hay algunos que se dan de inmediato y otros, que pueden prolongarse por horas hasta el momento adecuado. Es por eso que te conviene saber cuales son los síntomas que inequívocamente, te advertirán que estás lista para tener a tu bebé y no caer en falsas alarmas.
- Tu bebé ha cambiado de posición. Aunque esta es una regla que no siempre se cumple al pie de la letra, a partir de la semana número 35, podrás sentir el cambio. El pequeño se prepara para salir, colocándose con la espalda dando hacia atrás y la cabeza hacia abajo. De no ser así, probablemente sea necesaria una cesárea.
- Las contracciones que sientes son más fuertes. Pueden darse a partir de la segunda mitad del embarazo, lo que da lugar a confusiones. Sin embargo, tus contracciones definitivas (también conocidas como las de Braxton Hicks), serán mucho más fuertes que las primeras, apretándote el vientre por algunos sentidos y soltándolo para volver a comenzar.
- Notas una mucosidad en tu ropa interior. Esta sustancia es el tapón mucoso del útero, que conforme se va acercando el momento del parto, se estira cada vez más y se desprende hasta desaparecer completamente, despejando la salida para el bebé. Es un proceso natural por el que no debes alarmarte.
- Tu fuente se rompe. Finalmente, notarás que tu bolsa de líquido amniótico se rompe al sentir bajar una humedad por tus piernas. Puede ser tan solo un chorrito y tratarse de un derrame mucho más abundante. En cualquier caso, no hay porque preocuparse.