La sarcoidosis es una condición rara que causa pequeños parches de tejido rojo e hinchado, llamados granulomas, que se desarrollan en los órganos del cuerpo. Afecta con mayor frecuencia a los pulmones y la piel. Se estima que afecta a 1 de cada 10.000 personas en el Reino Unido.
Los síntomas más comunes incluyen ronchas rojas en la piel, dificultad para respirar, y tos persistente. Sin embargo, cada persona es afectada de manera diferente y los síntomas dependen de cuáles órganos están siendo afectados.
No hay cura para este padecimiento, pero la condición a menudo mejora sin tratamiento al cabo de unos meses o años. Los síntomas no suelen ser graves y no tienden a afectar la vida cotidiana.
Síntomas de la Sarcoidosis
Es imposible predecir cómo afectará a una persona, ya que la enfermedad puede afectar a cualquier órgano y los síntomas varían ampliamente dependiendo de cuáles están involucrados.
La mayoría de las personas desarrollan síntomas de repente, por lo general desaparecen en unos pocos meses o años y la enfermedad no vuelve. Esto se conoce como la sarcoidosis aguda.
Algunas personas no tienen ningún síntoma en absoluto, y la condición se diagnostica después de un examen de rayos X realizado por otro motivo.
Algunas personas encuentran que sus síntomas se desarrollan gradualmente y empeoran con el tiempo, hasta el punto donde se vuelven gravemente afectados. Muchos de los granulomas pueden formarse en un órgano y evitar que funcione correctamente. Esto se conoce como sarcoidosis crónica.
Esta enfermedad afecta más frecuentemente a los pulmones, la piel y/o los ganglios linfáticos (glándulas). Algunos de los síntomas típicos se enumeran a continuación, aunque no suelen tenerse todos al mismo tiempo.
Los síntomas pulmonares
Los pulmones se ven afectados en aproximadamente el 90% de los casos. Esto se conoce como la sarcoidosis pulmonar.
Los dos síntomas principales son dificultad para respirar y tos seca persistente. Algunas personas experimentan dolor y molestias en el pecho, pero esto es poco común.
Los síntomas cutáneos
La piel se ve afectada en aproximadamente 25% de los casos.
Esto puede causar tiernas, protuberancias o manchas rojas que se desarrollan en la piel (en especial las espinillas), así como erupciones en la parte superior del cuerpo.
Otros síntomas
Si hay otros órganos afectados, también puede tener algunos de los siguientes síntomas:
- Doloridas e inflamadas glándulas en la cara, el cuello, las axilas o la ingle.
- Cansancio y una sensación general de malestar.
- Dolor en las articulaciones.
- Ojos rojos o adoloridos.
- Un ritmo cardíaco anormal.
- Nariz tapada o congestionada.
- Dolor en los huesos.
- Cálculos renales.
- Dolor de cabeza.
Causas de la sarcoidosis
El sistema inmunológico del cuerpo normalmente combate las infecciones para aislar y destruir los gérmenes. Esto resulta en la inflamación (hinchazón y enrojecimiento) de los tejidos del cuerpo en esa zona. El sistema inmunológico responde así para cualquier cosa en la sangre que no reconozca, y se extingue cuando la infección haya desaparecido.
Se cree que la sarcoidosis ocurre porque el sistema inmunológico comienza a atacar a sus propios tejidos y órganos. La inflamación resultante produce granulomas desarrollándose en los órganos.
Hay muchas condiciones similares, tales como la artritis reumatoide y el lupus, que son causadas por el cuerpo atacando sus propios tejidos. Estos son conocidos colectivamente como enfermedades autoinmunes.
No se sabe por qué el sistema inmune se comporta de esta manera, pero la investigación se está llevando a cabo para ver qué desencadena esta reacción. Es posible que algún factor ambiental desencadena la enfermedad en personas que ya son genéticamente susceptibles a ella.
En ocasiones puede ocurrir en más de un miembro de la familia, pero no hay evidencia de que la enfermedad sea hereditaria. La condición no es contagiosa, por lo que no se puede transmitirse de persona a persona.
¿A quiénes afecta?
La sarcoidosis puede afectar a personas de cualquier edad, pero por lo general comienza en los adultos jóvenes de entre 20 y 50 años. Es poco frecuente en la infancia.
La condición afecta a personas de todos los orígenes étnicos, pero es más común en personas de ascendencia africana.
Diagnóstico de la sarcoidosis
Un gran número de pruebas se puede llevar a cabo para diagnosticarla, dependiendo de los órganos afectados.
Si sus síntomas sugieren que usted tiene sarcoidosis pulmonar, puede tomar una radiografía de tórax o una tomografía computarizada (TC) de los pulmones para buscar signos de la enfermedad.
En algunos casos, los médicos pueden querer examinar el interior de los pulmones usando un tubo largo, delgado y flexible con una fuente de luz y una cámara en un extremo (endoscopio) que se pasa por la garganta. Una pequeña muestra de tejido pulmonar también puede ser removida durante esta prueba por lo que se puede estudiar con el microscopio. Esto se conoce como una biopsia.
Si los médicos creen que puede tener otros órganos afectados como la piel, el corazón o los ojos, se harán exploraciones o exámenes de estas áreas.
Tratamiento para la sarcoidosis
La mayoría de las personas no requieren tratamiento como la condición suele desaparecer por sí sola, por lo general dentro de unos pocos meses o años.
Cambios de estilo de vida simples y comunes analgésicos (como el paracetamol o el ibuprofeno) para tratar cualquier dolor son a menudo todo lo que se necesita para controlar cualquier ataque de asma.
Los médicos vigilarán su estado para comprobar si le está yendo mejor o peor sin tratamiento. Esto se puede hacer con los rayos X regulares, pruebas de respiración y exámenes de sangre.
Uso de medicamentos
Es importante no automedicarse y siempre consultar a un médico para obtener la medicación adecuada.
Si se recomienda el tratamiento, se utilizan por lo general comprimidos de corticoides prednisolona. Este medicamento es el tratamiento más efectivo, alivia los síntomas y previene el daño a los órganos afectados por la reducción de la inflamación.
Sin embargo, los medicamentos corticosteroides pueden provocar efectos secundarios desagradables, tales como aumento de peso y cambios de humor, si se toma en dosis altas. Otros efectos secundarios, como fragilidad de los huesos (osteoporosis), también se pueden desarrollar si se toma durante mucho tiempo. Por lo tanto, este medicamento se utiliza solamente cuando es necesario.