Aunque es en verano cuando se incrementan nuestras ganas de tomar un baño ya sea en playas o piscinas, también es cierto que mucha gente disfruta del agua todo el año en los gimnasios o en las piscinas municipales.
Si bien tomar un baño es algo muy saludable, además de refrescante, también tiene sus riesgos para nuestra salud a continuación te presentamos 3 de ellos:
- Uno de los peligros más frecuentes es el llamado corte de digestión. Sin embargo, aunque el nombre alude a la alimentación no nos habla exactamente de eso. El famoso corte de digestión, que puede provocar la muerte, es un brusco cambio de temperatura que se produce entre el calor de nuestro cuerpo y el frío del agua donde nos vamos a bañar. Nuestro cuerpo aumenta su calor especialmente durante la digestión, y es por ello por lo que la enfermedad toma ese nombre. Para prevenirla, antes de meternos en el agua debemos remojarnos. En muchas instalaciones existen duchas para antes de entrar en el agua, y si estás en la playa y no tienes la posibilidad de ducharte antes, ve entrando poco a poco en el mar y remojándote con las manos el cuerpo. Estas medidas están orientadas para ir bajando paulatinamente la temperatura corporal. Nunca entres por primera vez en el agua de golpe. En caso de sufrirla, debemos acudir inmediatamente al hospital.
- Otro de los riesgos más típicos es la conjuntivitis. Ésta afecta a los ojos y se provoca debido a las bacterias que existen en las piscinas. Sin embargo, también puede surgir del exceso de sol, de la sal del mar y de un viento cortante. Al principio empieza como un simple picor, pero termina siempre en una gran irritación. Lo podemos determinar porque el ojo se vuelve rojo y no para de lagrimar. Para evitarlo debemos utilizar gafas de sol, y gafas de buceo o piscina bajo el agua. No debemos abrir los ojos sin protección en el agua. En caso de sufrirla podemos recurrir a los lavados oculares con manzanilla.
- Un riesgo que corren nuestros oídos es la otitis. También muy frecuente, es la inflamación de nuestros oídos por la entrada de agua en ellos. Es muy molesta, pues además del dolor de oído, puede levantar dolor de cabeza e incluso fiebre. Una forma eficaz de prevenirla es entrar en el agua siempre con tapones. Si no los quieres llevar, al menos cuando salgas del agua ladea la cabeza para que salga la que te haya podido entrar. Evita ponerte cerca del aire acondicionado y exponerte a un viento frío después de haberte dado un baño. Si la sufres conviene que visites a un médico cuanto antes.
- Por último existe otro riesgo, no tan común como los anteriores, pero igualmente peligroso. Cuando andamos sin protección en nuestros pies es muy típico que podamos sufrir de hongos. Éstos se crían en las zonas húmedas y afectan a nuestra capa externa de la piel. Si bien los pies suelen ser las zonas más afectadas, también pueden aparecer en el cuero cabelludo y en el resto del cuerpo. Para evitarlo conviene cuidar al máximo la higiene tras utilizar algún servicio público como las piscinas. También debemos llevar zapatillas para evitar el contacto de nuestros pies con las zonas de posible infección. Si ya los sufrimos debemos acudir al médico cuanto antes.