Durante años trabajaste como esclavo para otra persona. Pudo haber sido una pequeña empresa, una mediana empresa o incluso una gran corporación multinacional. Trabajaste días ridículamente largos y estresantes, sin recompensas adicionales por las horas extras que dedicaste a la oficina. Cuantas más horas pasabas en tu escritorio o en el lugar, más veías diluido tu salario.
Te sentías como un engranaje más de la máquina, incapaz de aportar tu propia personalidad a los servicios que prestabas. Es imposible poner su sello personal en el producto y realmente llamarlo suyo.
Todo lo que hiciste fue al servicio del propósito mayor de la empresa para la que trabajabas. El trabajo que hacías y la forma en que lo hacías tenía que estar acorde con el de la empresa. Las personas que eran tus empleadores. Tus amos. Aunque recibiste muchos aplausos y reconocimientos, un trabajo de tiempo completo se estaba convirtiendo en una experiencia poco gratificante. La desilusión se abrió camino como cemento pesado.
El efecto de tener una gran idea
Un día estabas sentado en tu escritorio y se te encendió una bombilla en la cabeza. Fue una gran idea de producto o negocio para un servicio que sólo tú podrías brindar. O un servicio que muchos en el mercado son capaces de brindar pero estás seguro de que puedes hacerlo mejor que nadie. Es especial. Es único. Y es tuyo. Dejas tu trabajo asalariado y dejas atrás el empleo.
Cuando eres tu propio capitán
Como capitán de tu propio barco, has empezado a alquilar tu propia ruta. Estabas listo para mostrarle al mundo quién eres realmente, qué puedes hacer y qué puedes crear.
Te sentaste en tu escritorio. Empezaste a trabajar en el desarrollo de planes de negocio, costo de tus servicios en hojas de cálculo, ideas para tus productos, cómo los desarrollarás y a quién se los venderás. ¡Estás planeando dominar el mundo! Trabajar para otra persona realmente quedó atrás.
El bucle que frena al emprendedor
Después de trabajar un poco, decides que es hora de tomar una taza de café. Vas a la cafetería local y pídes a alguien que te lo prepare. Nadie te obliga a trabajar más duro. Disfrutas de tu sabrosa bebida, saboreando cada sorbo.
La computadora de tu escritorio llama. Las notas en las paredes requieren tu atención. Es necesario trabajar para que el negocio siga avanzando, pero las investigaciones son lentas. Vuelves a tu escritorio a responder a un par de correos electrónicos y organizar algunos documentos para enviarlos a tus clientes potenciales. Es un trabajo bien hecho. Muy bien, es hora de otro descanso.
Enseguidas vas a Facebook a reirte de los memes de gatos de tus amigos, tambien a YouTube y Tik Tok. Antes de que te des cuenta, te habrás convertido en un experto en memes de gatos. Y luego recuerdas que estás destinado a construir tu negocio, ¡no a dominar el arte de crear memes de gatos!
¿Se parece a ti?
Está bien si es así. A cualquiera le puede pasar. Todo el mundo se extravía de vez en cuando. Como empleado había una estructura. Tenías que estar en la oficina a una hora determinada y salías a una hora determinada. Tus supervisores establecieron expectativas para ti y tuviste que cumplirlas para conservar el trabajo y recibir el pago. No se puede culpar a una persona que ha sido empleada durante años y sólo quiere divertirse.
Antes de que te des cuenta, podrían pasar días, semanas e incluso meses. Es posible que se hayan formado patrones antiestéticos e improductivos. Se trabaja muy poco a medida que el capital empresarial disminuye.
Cuando acabas de empezar tu negocio y el trabajo es lento, cuando las exigencias son pocas y cuando tienes poca estructura en tu día a día, es muy fácil formar malos hábitos. Es muy fácil perder el rumbo durante esta etapa de la vida. Si dejas que los malos hábitos se apoderen de ti, tu negocio y así tus grandes ideas no irán a ninguna parte rápidamente. Podrías terminar en un torbellino de culpa, perdiendo confianza, fe en tu negocio y perspectiva sobre el valor que aportas al mundo.
A continuación se presentan 8 formas de mantenerse encaminado.
1.- Establecer metas y objetivos
Si deseas tener éxito en la gestión de tu negocio, es imperativo establecer objetivos a corto, mediano y largo plazo. Fijar objetivos cada mañana también es importante para no perder de vista lo que intentas conseguir a diario.
En las primeras etapas de la transición, tendrás que aceptar que eres pequeño y que es posible que no puedas lograr todo lo que te propusiste, pero no uses eso como excusa para no fijarte metas.
Recuerde, cada pequeño paso que des te llevará hacia el éxito final. Pon un pie delante del otro, sigue adelante y saborea las pequeñas victorias.
2.- Se disciplinado con tu tiempo y límites
Administrar el tiempo y límites es la otra cara de ser disciplinado al establecer metas. Nadie controla tu tiempo, por lo que es fácil perder la disciplina y terminar hablando demasiado por teléfono con un cliente potencial, teniendo largas reuniones tomando un café de esos que terminan sin llegar a ninguna parte, o perdiendo el tiempo con correos electrónicos y papeleo.
Establece una cierta cantidad de tiempo que deseas trabajar cada día y respétalo. Una vez que determines esto, establece bloques de tiempo para completar las tareas dentro de tus parámetros de tiempo. Para reuniones y llamadas telefónicas, reserva tiempo, ingresa con objetivos y comienza con tareas realizables.
Al dedicar períodos de tiempo a tus actividades, puedes crear eficiencia para ti y acercarte más rápido a tus objetivos.
3.- Revisa tus comunicaciones
Cuanto más te distraigas con canales de comunicación como llamadas telefónicas, correos electrónicos y redes sociales, más lejos estarás de tus objetivos.
¡La forma más fácil de mantener el control del teléfono es simplemente apagarlo! Si tu teléfono está apagado mientras realizas una actividad, no sonará, no emitirá ningún pitido ni vibrará. Lo mismo ocurre con el correo electrónico. Cierra tus aplicaciones de correo electrónico.
Y si eres un adicto a los blogs o a las redes sociales, es posible que desees utilizar aplicaciones como SelfControl o ColdTurkey para bloquear el acceso a sitios que te roban la mayor parte de tu tiempo.
Comprométete con tus objetivos y plazos diarios y bloquea todo lo demás hasta que hayas logrado lo que necesitas.
4.- Únete a una comunidad de ideas afines
Construir un negocio sostenible o un gran producto es como escalar una montaña enorme por tu cuenta. Es posible que te sientas muy aislado ante las dificultades y desafíos de tu negocio.
Los emprendedores son una raza más rara, por lo que, si bien tus amigos y familiares más cercanos querrán que tengas éxito, es probable que no entiendan realmente por lo que estás pasando, especialmente si ellos mismos son empleados.
Encontrar un grupo de apoyo con intereses y objetivos similares a los suyos es fundamental. Si están haciendo algo similar a lo que tú estás haciendo y puedes confiar en ellos, aún mejor. Podrán intercambiar ideas, obtener comentarios sobre su trabajo, motivarse y empoderarse mutuamente. Nadie ha tenido jamás éxito en el vacío.
5.- Cuida tu cuerpo
Es muy fácil caer en la trampa de quedarse siempre atrapado en la oficina, ya sea una oficina en casa o una oficina de alquiler.
Si has desarrollado algunos malos hábitos y no te esfuerzas por fijarte objetivos y gestionar tu tiempo adecuadamente, también es muy fácil caer en la trampa de no cuidarte físicamente.
Si estás en el extremo opuesto y eres un adicto al trabajo, debes recordar que la carrera que estás corriendo no es una carrera corta, es una maratón. Llevará algún tiempo desarrollar el negocio, así que reduce la velocidad, pero sé constante.
Así como necesita ser disciplinado a la hora de gestionar sus límites y establecer plazos para las actividades, debe descansar, hacer ejercicio y comer bien para nutrir su cuerpo y su mente. Es muy fácil olvidar estos conceptos básicos.
Controlar tu cuerpo es fundamental para el rendimiento mental, así que sal a caminar o una carrera. Únete al gimnasio local y levanta algo de pesas. Anda en bicicleta alrededor de la cuadra. Hazlo.
6.- No olvides a tu familia y amigos
Necesitas una vida social. No lo que tienes con tu comunidad de Facebook. No las relaciones que tienes con tus miles de seguidores de Twitter. Una vida social con gente de carne y hueso.
Como nuevo hombre de negocios o emprendedor, puedes quedarte atrapado en tu mente o en tu trabajo. Incluso si tienes uno o dos empleados o socios, todavía estás atrapado en ese pequeño mundo.
Es saludable conocer personas que te aman y quieren que tengas éxito, pero que no tienen nada que ver con lo que estás haciendo. Las conversaciones pueden comenzar con “cómo va el negocio” o “cómo va su proyecto”, pero pronto desvían hacia otros temas.
Esto te dará la distancia que necesita de su trabajo. Podría ayudarte a obtener una perspectiva de tus desafíos y ayudarte a encontrar soluciones recordándote que eres un ser humano.
Le dará un sentido de comunidad y le ayudará a tener una perspectiva más amplia de la vida, lo que te permitirá mejorar tu mismo y tu trabajo.
7.- Gestionar a los detractores
Incluso antes de dejar tu trabajo, es posible que haya personas en tu vida que te hayan dicho que eres un idiota y que tus ideas apestaban. La vida está llena de detractores, por lo que eso no cambiará incluso cuando tengas éxito. Los trolls de la vida están por todas partes.
Como ya habrás experimentado, la negatividad del detractor puede ser muy tóxica, especialmente si la dejas entrar en tu cabeza. Puede ayudarte a perder la concentración, distraerte del trabajo, dañar tu confianza y estropearlo todo.
Si los detractores son miembros de la familia, evítalos por un tiempo hasta que realmente vean y entiendan lo que estás haciendo. Lo mismo ocurre con los amigos. Es posible que se muestren negativos acerca de lo que estás haciendo porque están asustados y preocupados por ti. Quizás incluso celosos. Si los detractores son socios de trabajo, busca otros con quienes trabajar.
Evitar a los detractores te ayudará a mantener la concentración, la confianza y producir mejores resultados. Mantén tu actitud positiva.
8.- Descubre lo que funciona para ti
Para algunos, establecer un único objetivo y comprometerse a dedicar sólo unas pocas horas al día funcionará, otros pueden tener más objetivos. Algunos pueden trabajar 6, 10, 12 o hasta 16 horas.
Para algunos, las redes sociales, los correos electrónicos y las llamadas telefónicas no serán una distracción, otros pueden perder semanas en YouTube o publicando vídeos de gatos en Facebook.
Algunos funcionarán mejor en completo aislamiento, otros no. Algunas personas necesitan hacer ejercicio todos los días, otras una vez al mes o incluso menos.
Todos son diferentes. Cada uno crea un producto diferente, ofreciendo un servicio diferente. Para cualquier emprendedor o hombre de negocios, los resultados se lograrán a través de métodos que le sean exclusivos.
El camino hacia el éxito no tiene reglas estrictas y rápidas. No existe una solución mágica y milagrosa. Tendrás que jugar y jugar durante un tiempo para descubrir qué funciona mejor para ti.
Solo recuerda, asegúrate de crear un método que funcione para ti. De cara al futuro, tu trabajo es tu responsabilidad, al igual que tu éxito. ¡Adelante y hacia arriba!