El alquiler de vientre es un método de reproducción asistida que si bien, implica varios dilemas éticos y no está debidamente regulado, tampoco se encuentra prohibido. Siempre y cuando una pareja esté de acuerdo en que es una alternativa posible, cuando no pueden tener un bebé por si mismos y han probado otras técnicas sin éxito, no tiene nada de malo recurrir a ella. Pero si tú estás pensando en hacerlo, hay algunas cosas que te conviene saber antes de buscar a una embarazada sustituta.
Consideraciones al alquilar un vientre
- No importa qué, tú eres la madre biológica del bebé. A muchas mujeres les preocupa que por el hecho de no llevar a un hijo en su vientre, no sea realmente suyo. Con este método de reproducción, el bebé es biológicamente tu hijo, puesto que son tus óvulos los que se implantaran en el útero de la sustituta.
- Debes prever todas las circunstancias legales con anterioridad. Es necesario que haya de antemano un documento firmado por la madre de alquiler, en el que acepte que no reclamará la maternidad tiempo después. Aunque son raros los casos en los que esto sucede, las circunstancias se pueden convertir en una batalla legal muy dura para ambas partes.
- La madre sustituta tendrá que someterse a estudios médicos. Es necesario para averiguar si es apta para gestar un embrión. Por consiguiente, esto eleva muchísimo los gastos de este método de reproducción. De hecho, solo pueden recurrir a él las personas que cuentan con recursos muy elevados.
- Necesitas la aprobación de un juez para proceder con el embarazo. Una vez que la sustituta ha firmado los documentos correspondientes, estos deberán ser presentados ante un tribunal, y luego de que sean aprobados, se procederá a iniciar con la fertilización en una clínica. Y esto es apenas el comienzo de algo maravilloso.