Hay tantos cambios y situaciones que se experimentan durante el embarazo, que no es de extrañar que cualquier mujer primeriza comience a hacerse todo tipo de preguntas. A menudo, muchas chicas que van a ser madres por primera vez se sorprenden de la sed que pueden llegar a tener mientras están de gestación. Normalmente, es partir del segundo mes cuando se empieza a presentar esta necesidad mucho más a menudo e incluso sin necesidad de que haya un clima caluroso. Hoy en Tip Diario, nos dedicamos a resolverte esta pequeña duda y puede que la respuesta te sorprenda.
La sed en el embarazo
El aumento de la sed en el embarazo no es de extrañarse debido a que en esta etapa, los riñones tienen que hacer un poco de trabajo extra, tanto por la madre como por el pequeño que se está gestando. Por ello es que también las embarazadas suelen orinar con más frecuencia. A causa de esto, el organismo pide una cantidad de líquidos mayor para compensar los que va perdiendo a lo largo del día.
Otros factores que intervienen en la aparición de la sed, son la producción del líquido amniótico que rodea al bebé para protegerlo, así como el incremento del volumen de la sangre hasta en un 40%.
Beber más líquidos no es algo malo en el embarazo, siempre y cuando estos se reduzcan a agua y bebidas saludables, pues los refrescos y jugos azucarados no son nada recomendables debido a que no hidratan el organismo de verdad. Es muy importante además, evitar el abuso de la sal para evitar la hinchazón en demasía que tanto suele molestar a muchas mujeres que están esperando a su bebé.
Además de esto, conviene hidratarse lo suficiente durante el día y evitar hacerlo justo antes de ir a la cama.