No es extraño que en general, a los niños no les encante ir a la escuela para enfrentarse con tareas y maestros, pero cuando su negativa a asistir es rotunda y notas cambios alarmantes en su estado de ánimo, la situación sin duda es para preocuparse. Aunque parezca increíble, lo cierto es que padecimientos como la enfermedad y el estrés también afectan a los más pequeños, y en el entorno escolar, puede haber muchas razones por las cuales tu hijo haya perdido las ganas de ir.
- Presenta problemas para socializar. Los chicos tímidos sufren una gran presión por encajar, ya que no quieren ser rechazados por los demás niños. Si tu hijo presenta timidez en extremo, es conveniente que le enseñes habilidades para socializar y le infundas más confianza en si mismo.
- Acoso escolar. El bullying se ha convertido en un fenómeno que ha llegado a niveles increíbles y sus víctimas, más allá de impotencia, pueden sentir verdadero terror hacia sus acosadores. Es necesario que tu hijo sepa que puede confiar en ti para solucionar cualquier problema.
- Miedo a fracasar. A veces los niños se estresan por los exámenes y tareas, y sienten que no van a poder ajustarse al ritmo que se les demanda; y en especial cuando los padres ponemos demasiado presión en ellos. Hay que dejarles relajarse de vez en cuando.
- Dificultad para adaptarse al cambio. En caso de que vaya a ser su primer año de escuela o se haya cambiado de ciudad o colegio, será normal que al principio no sepa como adaptarse.
- Aburrimiento. Si tu hijo es superdotado o con una inteligencia superior a la promedio, es posible que le aburran las clases y necesite un programa de educación especial. Existen planes de estudio que le van mejor a los chicos con un alto cociente intelectual.