«Los chicos no lloran» es una frase que se nos ha inculcado a todo el mundo de manera irracional casi desde siempre. No obstante, los expertos han afirmado que enseñarle a los niños a reprimir sus sentimientos, tiene efectos negativos a largo plazo que en el peor de los casos, pueden hasta derivar en conductas de inadaptación social. Y es que el creer que el llanto es sinónimo de debilidad, no es más que un error, puesto que se trata de uno de los principales mecanismos que tiene el organismo para canalizar las emociones y hacernos sentir mejor.
Si lo anterior no te convence, a continuación te presentamos varias razones por las que deberías dejar que tu hijo exprese sus sentimientos:
- Es importante para que sea feliz. Las emociones reprimidas conllevan a sentir angustia, desesperación, ira, incluso pueden desembocar en depresión. Tu hijo debe saber que nadie le va a recriminar que se sienta triste, sino que estará apoyado en todo momento.
- Debes enseñarle a no dejarse llevar por estereotipos. El hombre fuerte que no llora es uno de ellos y muy nocivo además. Ninguna persona puede librarse de lo que siente solo para encajar con una determinada figura impuesta por la sociedad.
- Tiene que entender que aguantar el llanto no es símbolo de fortaleza. Al contrario, llorar le hace bien para desahogarse y superar con más facilidad las malas situaciones. Si no lo necesitáramos, nuestro cuerpo no nos pediría que lo hiciéramos.
- Lo puedes estar salvando de la depresión y otros sentimientos negativos. Cuidado, porque los chicos reprimidos llegan a crecer como adultos inestables y esto puede conducir a diversos trastornos. Siempre es mejor hablar de lo que sentimos con toda honestidad.
Mientras más pronto entienda que el llanto es algo liberador, mucho más fuerte y feliz podrá crecer.