Vivimos en una sociedad que avanza a pasos agigantados y por hoy, se ha vuelto más común aceptar que incluso los niños pueden tener complejos de género. Dicha condición es un momento trascendental en sus vidas pues después de todo, un padre desea que su hijo sea feliz y la búsqueda de esa felicidad implica encontrar su propia identidad. Lo más difícil en cuanto a apoyar a un pequeño o pequeña transgénero, es que no siempre es tan sencillo identificarlos e incluso ellos mismos no suelen ser conscientes de lo que les pasa. Por eso, es muy importante prestar atención a las siguientes señales inconfundibles.
- Jugar con compañeros del sexo opuesto. No siempre es una señal definitiva, pero suele ser común en los niños que no se sienten del todo identificados con su sexo.
- Elegir vestirse como el género opuesto. Se nota mucho cuando los niños piden usar falda o las niñas elijen ropa masculina. Sin embargo, también puede tratarse de una etapa pasajera.
- Conductas repetitivas que son propias del sexo opuesto. Muchas veces puede darse el caso de que las niñas o los niños hagan cosas que no son propias de su género; pero si esto se vuelve frecuente, es posible que de verdad atraviesen por algo importante.
- Gusto por juegos poco convencionales. Aunque suele ser un cliché, lo cierto es que los juegos de nuestra niñez suelen definir gran parte de nuestra sexualidad, por lo que no es de extrañar que los niños transgénero opten por actividades diferentes a lo que se espera de ellos.
- Autoaislamiento. Suele suceder especialmente con compañeritos del mismo sexo, por más esfuerzos que se hagan por integrarlos al grupo.
Si observas varias de estas señales, es importante que busques ayuda con un especialista para determinar si tu hijo solo está pasando por una etapa o va en camino de algo definitivo.