Un problema con el que los padres se pueden topar a menudo, surge cuando llega la hora de la comida para los más pequeños. El hacer que prueben alimentos nuevos, que se coman todo lo que hay en el plato o simplemente que se animen a comer cuando no tienen ganas, son situaciones muy frecuentes al sentarlos a la mesa.
Lograr que se alimenten bien no tiene porque convertirse en la misión más difícil del mundo. Basta con que tomes en cuenta los siguientes consejos para hacer que este momento, sea más fácil para los niños.
- Cuida la presentación de los platos. La mejor manera de despertar el apetito en los chicos es a través de la vista. Procura darles platillos agradables y usa tu creatividad para presentarlos de manera creativa y divertida.
- Oculta vegetales en sus platos favoritos. Quizá tus hijos no sean fanáticos de las zanahorias, pero puedes probar a cortarlas en trozos muy pequeños e incluirlas en un plato de pasta, o alguna otra comida que les guste. ¡En realidad ellos ni lo van a notar!
- Incluye postres saludables. Siempre puedes darles un gusto sin tener que llenarlos de grasas o azúcar. Hay numerosos postres recomendables como la gelatina, los cócteles de fruta o hasta pasteles veganos, que son muy sencillos y deliciosos de hacer.
- No los obligues a que dejen el plato completamente limpio. A pesar de que se cree que esta es una buena enseñanza para no desperdiciar la comida, también puede formarle un mal hábito a los niños, que podría derivar en obesidad. Lo mejor es saber respetar cuando ellos se sienten saciados.
Hacer que los niños coman bien y balanceado, es algo que muchas veces requiere paciencia, pero no es imposible. Recuerda también que es importante que siempre los acostumbres a comer en la mesa; hacerlo frente al televisor o en otros lugares inadecuados, les puede formar malas costumbres.