No hay nada como una buena exfoliación para sentir nuestra piel más suave y limpia de impurezas. Hacer esto es muy importante una vez a la semana, pues así te aseguras de evitar problemas como vellitos encarnados o asperezas, y tu piel se encuentra más tersa y luminosa. Si bien existen muchos exfoliantes que podemos comprar para lograrlo, entendemos que no todos ellos son de lo más económicos o efectivos. Es por eso que siempre puedes hacer el tuyo en casa, por poco dinero y con un efecto que te va a fascinar, pues estará hecho con dos ingredientes naturales.
Hablamos del aceite de oliva y la sal. El primero nutre tu piel para dejarla suave y facilitar su regeneración, mientras que la segunda es muy eficaz para remover todas las células muertas e hidratarte, pues es conocida por la enorme cantidad de minerales que almacena. Tener los dos en casa puede ser más económico que comprar un exfoliante nuevo.
Para preparar este exfoliante vas a necesitar las siguientes medidas de cada uno:
- 1/2 taza de aceite de oliva (que sea extra virgen)
- 1/4 de sal de mar
Preparación y uso del exfoliante
Mezcla ambos hasta formar una masa consistencia y ligeramente áspera, que es la que vas a extender por todo tu cuerpo en movimientos circulares, antes de darte un baño. De esta forma puedes lavarte inmediatamente no solo de los restos del exfoliante, sino también de la piel muerta que tengas encima.
Repite esta rutina una vez por semana e inmediatamente después de exfoliarte y darte un baño, aplícate encima una crema corporal hidratante. Verás que haciendo estás cosas, todas las partes corporales que hayas exfoliado quedan más suavísimas que nunca.
También puedes reemplazar la hidratante por agua de rosas, aceites de lavanda o una crema nutritiva si no padeces de resequedad en la piel.