Desde siempre, las nalgadas han existido como un método de corrección para los niños, algo que algunas personas miran como algo inofensivo y de lo que otras se escandalizan, hoy en día más que nunca. Pese a que hay quienes todavía defienden la necesidad de aplicar este castigo de vez en cuando, la mayoría de los padres han desistido y optado por acciones más razonables. Pero ¿qué es lo que los expertos comentan al respecto? En el artículo de hoy te lo contamos.
Pese a que la mayoría de las personas ha recibido este correctivo al menos una vez en su vida, un estudio llevado a cabo por la Universidad de Texas ha revelado que los niños que reciben nalgadas constantemente, experimentan una serie de cambios negativos en su conducta más que corregirse.
Los efectos más destacados como consecuencia de dicho castigo, con un retraímiento en la conducta al grado de llegar a ser antisocial, mayor propensión a tener problemas de salud mental, un incremento en la agresividad debido a sentimientoe negativos reprimidos y por supuesto, una mala relación con las figuras de autoridad, especialmente los padres.
Lo que es aún peor según esta investigación, es la tendencia a caer en ciclos de comportamiento negativo que no llevan a nada entre padres e hijos. Esto quiere decir que mientras el castigo se vuelve frecuente, el mal comportamiento no hace más que incrementar.
Otro estudio revelador es el publicado por la revista Pediatrics, en donde se afirma que los castigos corporales afectan directamente la materia gris en las áreas de la corteza prefrontal del cerebro, las cuales se encuentran relacionadas con condiciones como los trastornos mentales, la ansiedad, la depresión y las adicciones; muchas de las cuales se llegan a hacer patentes en la adolescencia y son más difíciles de tratar.