Cómo saber si un gato tiene dolor de espalda y como tratarlo

¿Cómo detectar los signos de un gato con dolor de espalda? En general, puede ser muy difícil identificar una afección dolorosa en los felinos; después de todo, tienen una tendencia natural a ocultar su dolor, lo que dificulta el diagnóstico y la atención adecuada cuando más lo necesitan. Por lo tanto, es crucial observar cualquier cambio físico y de comportamiento en su gato para determinar si necesita ayuda para tratar una enfermedad.

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Aunque no es un problema muy común, los gatos pueden, sí, tener dolor de espalda como resultado de algunas enfermedades, lesiones, movimientos bruscos y otras condiciones.

¿Cuáles son los síntomas de un gato con dolor de espalda?

Identificar un síntoma de dolor en los gatos no siempre es fácil. Los cambios en el comportamiento y el apetito pueden dar alguna indicación y, por lo tanto, es importante observar al animal a diario. El propietario del gato puede darse cuenta de que algún problema está causando el dolor de espalda a través de algunos signos, como dificultades para levantarse, caminar y saltar, además de comportamientos inusuales, como falta de apetito y postración. Estos son los principales signos a los que hay que prestar atención:

  • Cambios en el apetito (el gato deja de comer, por ejemplo);
  • Debilidad en las extremidades;
  • Letargo
  • Cambios de postura;
  • columna vertebral arqueada
  • Cuello rígido
  • Incapacidad o reticencia a girar la cabeza
  • Maullidos inusuales del gato (maullidos fuertes cuando se les toca, por ejemplo);
  • Disminución de la actividad física
  • Incapacidad para trepar, agacharse o saltar en lugares rutinarios.

Los síntomas de un gato con dolor de espalda varían en intensidad de un animal a otro y a veces es difícil distinguirlos de otros dolores. Un gato con dolor de cadera, por ejemplo, puede tener casi los mismos signos que una molestia en la espalda y viceversa.

¿Cuáles son las causas más comunes del dolor de espalda en gatos?

Los factores o enfermedades que causan el dolor de espalda en los gatos son diversos, como los traumatismos, las infecciones, los trastornos de los discos vertebrales, las inflamaciones, las dislocaciones, el cáncer y las enfermedades de los músculos que rodean la columna vertebral.

Algunas razas son más propensas a los problemas de columna, así como el aumento de peso del felino puede agravar el dolor. No es muy común que los gatitos tengan trastornos de la columna vertebral, pero puede ocurrir. Los principales factores pueden estar relacionados con el peso y la raza. Los animales obesos suelen tener más problemas que los más delgados. Y las razas con patas más cortas y una columna vertebral más alargada, como los Munchkin, también pueden sufrir molestias en la espalda.

¿Cuáles son los métodos de prevención del dolor de espalda en los gatos?

Al igual que otros problemas de salud, las enfermedades que provocan dolor de espalda en los gatos también pueden prevenirse con unos cuidados sencillos pero constantes por parte de los cuidadores. Se puede evitar el dolor en la columna del gato manteniendo al animal dentro del peso ideal, con una alimentación de buena calidad y practicando ejercicios físicos regulares.

Dolor de espalda en los gatos: ¿cómo se diagnostica?

Los tutores deben actuar con rapidez al identificar que el gato sufre alguna molestia en la columna. En la consulta, el veterinario analizará el historial detallado de la salud del animal y realizará los primeros exámenes físicos. Si la causa no es evidente, el profesional hará exámenes complementarios y probará otros recursos diagnósticos, como radiografías, ecografía, hemograma completo, tomografía computarizada y resonancia magnética.

¿Cuáles son las opciones de tratamiento para el dolor de columna en los gatos?

Si a su gato se le diagnostica alguna enfermedad que esté causando el dolor de espalda, el plan de tratamiento dependerá de la naturaleza y la complejidad del problema de salud encontrado. En algunos casos, el veterinario puede recetar un medicamento contra el dolor (como un antiinflamatorio) para ayudar a controlar y tratar las molestias. Si el origen del dolor es una infección, el profesional puede indicar la administración de antibióticos.

Otras veces, sin embargo, el tratamiento puede ser difícil y tardar en mostrar resultados. Algunas afecciones, como las lesiones de la médula espinal, la parálisis, el cáncer de médula espinal y las infecciones en las vértebras y los discos pueden requerir intervenciones más invasivas, como la cirugía.  

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