Así como la tecnología ha avanzado a una velocidad vertiginosa en los últimos años, también lo han hecho los métodos de pago, como es el caso del terminal punto de venta, una herramienta que en sus inicios revolucionó la forma en la que se acostumbraba a comercializar, para ofrecernos nuevas alternativas y facilidades a la hora de pagar.
Las innovaciones digitales al día de hoy continúan siendo el factor principal para cambiar la forma en que los usuarios hacen y reciben pagos. En el pasado quedaron artefactos como las cajas registradoras, donde los empresarios llevaban el control de las transacciones realizadas en la empresa, pues ahora la tecnología nos permite utilizar softwares y programas que ejecutan estas actividades de manera automática y en tiempo real, optimizando los procesos.
Gracias a los avances tecnológicos los sistemas de puntos de venta pasaron de ser simples cajas registradoras a convertirse en módulos de control más complejos y completos. Sin embargo, la esencia de estos sistemas se sigue manteniendo como un componente vital y clave en el sector comercial.
El origen de los sistemas de puntos de venta
Este invento fue creado a finales de los años 1800, cuando James Ritty, un empresario local de Dayton, Ohio durante uno de sus viajes a Europa se sorprendió al ver un dispositivo mecánico en la hélice de su barco de vapor, el cual era utilizado para rastrear el número de revoluciones con fines de mantenimiento, lo que despertó su curiosidad.
Cuando Ritty regresó a Dayton, decidió asociarse con su hermano para desarrollar la idea que tenía en mente de registrar las transacciones en efectivo en su salón. El resultado de esto fue la creación de un dispositivo mecánico capaz de rastrear las transacciones en efectivo, tal y como lo había planeado Ritty. El objetivo de esto era evitar el robo de los empleados.
Esta tecnología años más tarde fue mejorada por los hermanos, quienes abrieron una compañía para fabricar lo que se convertiría en la caja registradora que conocemos hoy en día.
Cajas registradoras computarizadas
A medida que fueron pasando los años, las cajas registradoras tuvieron múltiples cambios y mejoras, incorporando nuevas funciones como lo fue el registro de las transacciones del día en papel, lo que hasta hace poco era una característica clave de estos dispositivos.
No obstante, las principales evoluciones de las cajas registradoras se vieron a principios de los 70s, cuando la IBM introdujo las primeras cajas registradoras informatizadas. Se trataba de un sistema simple con terminales «tontas» que iban conectadas a un «controlador» de la computadora central que se encargaba de llevar a cabo todo el procesamiento.
Y aunque las terminales incorporaron sistemas basados en pantallas para las cajas registradoras, lamentablemente carecían de capacidades de procesamiento propias. Este sistema dio paso al primer uso comercial de la tecnología cliente-servidor, copias de seguridad simultánea de la red LAN, comunicaciones entre pares y la inicialización a distancia.
El primer punto de venta
A finales de la década de los 80 y principio de los 90s la tecnología tuvo varios momentos de cambio. Aunque la evolución más destacable fue el desarrollo e incorporación de dispositivos de tarjetas de crédito independientes, lo que facilitó en gran parte que las transacciones con tarjetas pudieran integrarse con mayor seguridad y rapidez.
Sin embargo, el mayor avance tecnológico se dio en el año 1992, cuando Martin Goodwin y Bob Henry desarrollaron el primer software de punto de venta llamado IT Retail, el cual podía funcionar en la plataforma de Microsoft Windows. A medida que el invento fue aumentando su popularidad, la tecnología de punto de venta continuó evolucionando e incorporando nuevas características para impulsar el diseño de Moshel, donde se introdujo la pantalla táctil y elementos gráficos.
Durante la década de los 2000, los sistemas de puntos de venta continuaron evolucionando hasta convertirse en redes informáticas más sofisticadas y fáciles de usar en el sector comercial. Conforme transcurrían los años, los nuevos sistemas podían hacer cada vez más tareas; hasta que, con la aparición de los proveedores de software, el punto de venta se integró ahora con características mucho más completas como seguimientos de inventarios y gestión, informes financieros, módulos de nómina, entre otros.