La donación de sangre es una práctica muy común en clínicas y hospitales, que realmente puede salvar vidas. Si alguno de tus familiares o conocidos llega a tener un percance y necesita una transfusión, tú podrías ser perfectamente capaz de ayudar con tu propia sangre. Sin embargo, es bien sabido que no todas las personas pueden ser donadoras y ojo, porque esto va más allá de la compatibilidad. A continuación, te mencionamos todos los detalles que deberías saber acerca de la donación sanguínea.
¿Quiénes pueden ser donadores?
Se considera como donadores aptos a todas las personas que rondan la edad de entre 17 y 66 años. En caso de contar con más años, el hospital puede hacer una excepción si ya se ha donado sangre con anterioridad.
Otras características ideales para que una persona pueda ser donadora, incluyen un peso que mínimo rebase los 50 kilos.
Si se requieren donaciones de manera recurrente, los hombres pueden prestarse a hacerlo cada tres meses mientras que las mujeres tienen que esperar un mes más. Además de esto, es esencial aclarar con anterioridad si se está tomando algún medicamento como parte de algún tratamiento o condición en especial. Algunas enfermedades, como desbalances hormonales, pueden afectar bastante este proceso.
¿Quiénes no deberían donar sangre?
La gente que padece de VIH u otras enfermedades de transmisión sanguínea, como la hepatitis, quedan inmediatamente descartadas de la donación. Además de ellas, tampoco es recomendable que lo hagan quienes toman sustancias ilegales, sean estas inyectables o no. Y aunque esto es algo que no se suele mencionar con frecuencia, quienes sostienen relaciones sexuales frecuentemente con más de una persona desconocida o son muy sexualmente abiertos, tampoco deberían hacerlo.
Al menos no sin haberse hecho los exámenes pertinentes antes, para descartar cualquier enfermedad de gravedad. De esta manera se evitan muchas situaciones graves de salud.