Comida chatarra, no se puede vivir con ella ni sin ella. Su sabor nos tienta constantemente pero sus grasas también nos hacen engordar, haciendo imposible que se pueda disfrutar de comerla sin culpa. No obstante, la buena noticia es que según los científicos existe una manera para no tener que eliminarla de tu dieta y aún seguir siendo delgado y saludable: una dieta equilibrada. Concretamente, la dieta mediterránea es la que nos permite comer esas delicias que nos encantan de vez en cuando, sin exponernos a problemas de salud ni subir de peso excesivamente. Por eso es tan importante la moderación.
De acuerdo con un estudio llevado a cabo por invetsigadores de la Universidad de Auckland en Nueva Zelanda, en la que se analizó a unas 15,000 personas provenientes de más de 30 países; ciertos ingredientes como los granos, los vegetales, el aceite de oliva extra virgen y los pescados, contenían propiedades capaces de prevenir enfermedades cardíacas y cardiovasculares, contrarrestando el efecto que la comida chatarra por sí sola tiene en el cuerpo.
¿Cuál es la manera correcta de comer comida chatarra?
Si no puedes disfrutar de ella, es muy fácil ponerte límites para no tener que sufrir diciéndole adiós definitivamente: ten un día de trampa a la semana.
En este día de trampa puedes comer lo que tú quieras, desde papas fritas hasta pasteles, sin sentir ninguna culpa. Siempre y cuando, el resto de los días tengas disciplina y lleves una dieta más adecuada, con poca o nada de carne roja, carne blanca como pollo y pescado y abundantes frutas, verduras y legumbres.
Ni siquiera tienes que contar las calorías. De esta manera, notarás que bajas de peso con menos esfuerzo, te sientes con más energía y no te amargas por renunciar a lo que más te gusta comer. Suena bien, ¿no?