Uno de los indicadores más importantes de nuestro estado de salud y en el que casi nadie suele reparar, es precisamente el color de la orina; medio por el cual naturalmente el organismo desecha las toxinas que no le sirven. Y es que estamos tan acostumbrados a que esta muestre un color amarillo, que en realidad pocas veces nos detenemos a pensar el porque de dicha coloración.
¿Sabías tú que tus hábitos cotidianos de alimentación y lo que bebes día con día, influyen mucho en el color de este desecho líquido?
Mientras que hay vegetales que pueden influir en el cambio de color; elementos como el alcohol, la carne roja y las comidas altas en grasas y sal, ciertamente contribuyen a tornarlo de un amarillo bastante notorio, debido a su elevado PH. Y esto, como ya te podrás imaginar, es un indicio poco saludable sobre el estado actual de una persona.
En resumen, hay tres criterios a los que debes prestar atención al momento de orinar:
- Cuando la orina es muy oscura, hay altas probabilidades de que el hígado no se encuentre en las mejores condiciones. Un color muy elevado de la misma indica hidratación insuficiente y presencia de toxinas en demasía.
- En cambio, una orina transparente o de un amarillo transparente, nos indicará que se han bebido los líquidos suficientes como para mantener un buen nivel de hidratación, además de que la persona en cuestión posee una alimentación aceptable.
- En ocasiones la orina se presenta en colores como el rojo o el azul. Esto puede atribuirse a la ingesta de ciertos fármacos. No obstante cuando la misma adquiere un color verdoso o con sangre, hay que prestar especial atención a una posible infección urinaria.
De igual manera, no olvides que es normal que la primera orina tenga más color que los demás, ya que por la noche has pasado varias horas sin hidratarte.