El cuidado de nuestro espacio propio es vital, sobre todo en este momento actual en el que nuestro estilo de vida tiende con frecuencia a derivar en problemas de búsqueda de sentido, estrés y depresión. Es por ello que dedicarnos tiempo a nosotros, y a escucharnos, puede prevenir en gran medida situaciones de desajustes vitales. Aunque cada uno de nosotros somos seres únicos, ahí van algunas sugerencias generales, siempre adaptables a gustos, intereses y estilos de personalidad.
1.- Salir de la cárcel de la agenda y de los timing externos
La primera sugerencia sería buscar espacio en nuestro día a día para básicamente desprogramarnos. No para huir de la realidad, pero si para descansar, encontrar paz y nuevas energías. Incluso nuestra creatividad y rendimiento suelen mejorar con este tipo de ejercicios.
Se trataría de buscar nuestra forma de desconexión, es importante cuidarnos para no somatizar con tensiones musculares corporales, síntomas de estrés y ansiedad. Es importante buscar nuestro momento de silencio o tiempo para nosotros, podemos asociarlo a diferentes actividades diarias que nos evadan, como esa ducha larga, ese café recién hecho tomado sorbito a sorbito, un paseo por el parque o de camino a algún lugar sintiendo lo que vemos, esa música que nos encanta y hace que nos elevemos, nuestra sesión de meditación… Las opciones son infinitas, objetivo: tiempo de recarga, y desconexión para simplemente estar en el momento presente y elevarnos sobre nuestras cargas y responsabilidades diarias.
2.- Ver con distancia nuestro recorrido y si vamos en pos de nuestros objetivos y sueños
Es importante administrar nuestra energía en construir proyectos que realmente nos aporten y enriquezcan. Puede que algunas de nuestras responsabilidades diarias en sí mismas no nos gusten o motiven, pero sí puede que sean un medio para conseguir objetivos que deseamos. De vez en cuando es importante para no caer en bucles de autodestrucción y sinsentido, que repasemos nuestro recorrido vital y nos planteemos seriamente viendo desde arriba si las cosas, actividades e incluso actitudes que estoy llevando, me conducen a medio o largo plazo a mis objetivos y sueños. Y permitirnos sentir realmente si para mí tienen sentido y encajan con el proyecto vital que añoro y voy construyendo en este momento de mi vida.
Para ello es recomendable tener momentos de reflexión personal y ver con distancia desde lo alto nuestra situación actual, algunas que pueden ayudarnos son escribir reflexivamente, realizar algún paseo o viaje a algún lugar nuevo que nos permita distanciarnos y tomar conciencia con perspectiva de nuestra situación, compartir con amistades con las que nos sintamos cómodos nuestros sentimientos, impresiones y sueños, volver a nuestras raíces/ hogar, familia también nos ayuda a replantearnos dónde estoy ahora y hacia dónde quiero ir, ya que nos recuerda nuestro origen lo que nos ayuda a darnos cuenta de nuestra evolución y a autoexaminarnos.
3.- Realmente permitirnos sentir y disfrutar, nos lo merecemos
En este punto entraríamos en el buscar en nuestro día a día y agendas momentos para el disfrute. Aunque esto parezca fácil, requiere de no caer en las trampas de hacer cosas por dejarse llevar, en rutinas o no prestar atención a lo que realmente nuestro cuerpo y ser quiere, necesita y disfruta haciendo en cada momento.
Aquí las posibilidades son infinitas, se trataría de permitirnos disfrutar conscientemente, ya sea de actividades que nos encanten (artísticas, deportivas, etc.), relaciones con otras personas (reír, bailar, abrazar, amar, conversar, etc.) o darnos regalos a nuestros cuerpos (comidas deliciosas, sesión de masaje, etc.), las opciones son muchísimas y variadas, lo importante que encaje con nuestro estilo propio de disfrute en cada momento vital.