Supongamos que está en un supermercado frente a las estanterías llenas de hileras y más hileras de botellas de aceite reluciente y dorado. Aceites de oliva de diferentes tipos: virgen extra, virgen, refinado, etcétera; aceites de soja, de maíz y de girasol.
Cada tipo de aceite tiene un color precioso que varía desde el dorado más puro hasta el verde oliváceo oscuro, y es un testamento puro y brillante de la saludable planta de la que ha sido extraído. Todos cuestan, más o menos lo mismo, aunque el aceite de oliva es un poco más caro, sobre todo el virgen extra. ¿Cuál de ellos cogería de la estantería llevándolo a casa para el consumo familiar? ¿Cuál sería la elección más saludable?
Lo primero que debemos tener en cuenta es que todos los aceites son grasa en un 100%. Lo segundo que tenemos que tener en cuenta es que en los países donde la gente vive más años se consume muy poca cantidad de grasa.
¿Que aceite elegir?
Una vez que se ha comprendido que se deben usar los aceites con moderación, el siguiente paso es sopesar los pros y los contras de cada tipo de aceite.
Por lo general, cada tipo de aceite (incluyendo aquellos etiquetados en todas partes como aceite vegetal) contiene vitamina E y una combinación de dos tipos de grasa: grasas saturadas e insaturadas.
La grasa saturada se encuentra abundantemente en la carne, el queso, la mantequilla y los aceites tropicales de coco y de palma, muy poco utilizados en las cocinas caseras). Es sólida a la temperatura ambiente, aumenta el nivel de LDL, o colesterol ‘malo’, y disminuye el nivel de colesterol ‘bueno’, o HDL, en la corriente sanguínea. El colesterol LDL es malo porque se acumula en las arterias, obstruyéndolas, y puede interrumpir el suministro de sangre al cerebro y al corazón. El colesterol HDL es bueno porque realmente pone trabas a las sustancias nocivas y lucha contra ellas en el hígado para que sean desechadas.
Las grasas insaturadas están contenidas principalmente en los aceites vegetales. Son líquidas a la temperatura ambiente, bajan, o por lo menos no aumentan, el colesterol LDL y dejan que el colesterol HDL actúe solo. Las grasas insaturadas están divididas además en dos tipos diferentes», «poli insaturadas y mono insaturadas».
Ahora que ya conoces las principales opciones en aceites para cocinar podrás elegir con más sabiduría el aceite que es más conveniente para alimentar saludablemente a tu familia. Este ha sido el tip del día de hoy, no nos queda más que desearte ¡buen provecho!