Después de convertirte en mamá por primera vez, todo puede lucir como un reto para ti y ciertamente no será extraño que en ocasiones tengas miedo de no hacer las cosas bien. No eres la única que pasa por esta situación y tampoco serás la última. Tener a un bebé supone un cambio enorme en tu vida pero también se vuelve algo maravilloso. Y para estar lista y amoldarte mejor a esa transformación, que mejor que tener muy en cuenta los cinco consejos que compartimos contigo a continuación y que van a ser de gran ayuda en tu nuevo rol materno.
- Nunca temas pedir ayuda. Muchas mujeres temen que las vean como madres incapaces o débiles cuando sienten que requieren apoyo para cuidar a sus bebés. No obstante, tu familia y las personas de confianza sabrán entenderlo y poco a poco, tú irás aprendiendo lo que necesitas.
- Puedes atender tus necesidad sexuales. Si tu pareja necesita atención, siempre es posible encontrar oportunidad para mantener relaciones. Si experimentas deseo sexual, no te castigues. Acabar de convertirte en madre no te priva de esos momentos especiales.
- No agobies a tu bebé con visitas. En las primeras semanas después del parto, lo ideal es que pases un tiempo tranquilo con tu pequeño y reciban pocas visitas. No es bueno que apenas nazca, tu casa se llene de gente.
- Jamás olvides esterilizar todo lo que este cerca del bebé. Es recomendable hacerlo hasta que cumpla un año, pues antes de esa edad su sistema inmunológico todavía está ajustando las defensas que pueden protegerlo contra una infección.
- No dejes simplemente llorar a tu bebé. Cada vez que tu pequeño llora es porque tiene alguna necesidad, ya sea de comida, de cambiarle el pañal, de malestar o simplemente porque quiere afecto. Hay quienes dicen que dejarles llorar es correcto, pero esto no tiene ningún fundamento.